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14.09.23

La Inteligencia Artificial Creativa. Aprendizajes y sensaciones para atender al negocio

Dall-e PROMPT: synthwave vapor coloured AI original creation.

“La creatividad está en todo
porque todo está diseñado”
Refrán popular s. XXI

Y la Inteligencia artificial se hizo palabra. Y oportunidad con condiciones.

En gran medida el éxito de empresas como OpenIA y aplicaciones como chatGPT es porque ofrecen por fín una interfaz inesperada y de lo más humana: la palabra.

Recordemos que para iniciar una creación artificial en Dall-e, chatGPT o Midjourney usamos el prompt, que son las palabras claves descriptivas que como un hechizo expresan la idea a crear, la decisión a tomar, la búsqueda del dato para confirmar… Una interfaz que pronto será por voz y accesible a cualquier persona, profesionales incluidos.

Hay que entender que la Inteligencia Artificial generativa no ha nacido hace poco… ha evolucionado de la de toda la vida aunque POR FIN se ha abierto su uso para convertirse también en una herramienta creadora automática global.

El interés económico y social por esta tecnología exponencial es obvio, en especial por las implicaciones de impacto que tiene en las organizaciones: de sus procesos a culturas internas, de sus servicios a productos, de su visión a su estrategia comercial, y así podríamos seguir un rato largo…

Por este motivo destacamos reflexiones, claves y sensaciones alrededor de una herramienta que alcanzó potencial humano siendo creativa y reactiva:

Ofrece una experiencia sencilla y realmente intuitiva: esencialmente productiva.

La experiencia de la IA Generativa creativa es simple: un interfaz minimal, un campo de texto, tu imaginación hecha palabra y describir una necesidad o pedir una búsqueda, una imagen, una idea, un resumen… un vídeo, un sonido… etc, etc, etc… y así aparece lo deseado ante nosotros al cabo de unos segundos. ¿Sale lo que le pedimos? Bueno, casi casi. Aún así es alucinante.

Evidentemente hay que afinar porque de lo que queremos a lo que escribimos hay un universo repleto de matices e imaginación, pero oye el flashazo es máximo. Y la sensación fundamentada de que todo va a cambiar… Empezando por su impacto en el negocio.

Ahora ya puede ayudar directamente a tomar decisiones, al fin y al cabo construye desde los datos. Y es inmediata… Pero ¡Cuidado! No lo hace con sensibilidad ni desde la consciencia. Tengamos precaución y optimicemos nuestro uso para que la experiencia sea fiable sin dejar de ser sensible.

La IA es creativa pero no autora: el contenido no es original

En realidad no son máquinas esencialmente creadoras… El proceso es más significativo desde la copia. Funcionando como un corta-pega sofisticado que accede a bibliotecas y foros abiertos de información. Estos modelos generan “looks likes” de lo que le pedimos, genera lo que entiende la máquina que le estás pidiendo… esa imagen, sonido o texto que aparece luego en unos segundos. Pero no inventa de cero y precisa de inspiración para poder dar una respuesta mínimamente coherente y útil: por ahora necesita un profesional al mando, alguien preparado para entender su impacto y ser creativo, por supuesto.

Todo se acelera porque hay una respuesta creativa automatizable: en todos los formatos posibles.

Ya tenemos IAs generativas creativas de todo tipo diseñando, y las miles que están en proceso de aparecer son una avalancha que habrá que ponderar para elegir y no morir en el intento… las tenemos para generar textos, búsquedas profundas, tener una conversación con un libro o discutir con el report de tendencias al uso. Las hay sonoras que ya son capaces de escribir una sinfonía inacabada de Schubert, sustituir a Drake (que es un famoso rapero canadiense), generar un sonido imaginario tocado en Marte o sacar el jingle de una campaña de radio.

Los hay para escribir un ensayo, un keynote presentación, hacer una búsqueda enriquecida, buscar palabras clave en un informe de mil páginas, destacar conceptos de un dossier de cliente. Y por supuesto hay IAs para producir contenido y generar imágenes y también vídeo… lo que ya es una revolución en las agencias de comunicación. Avances que empiezan a ser plugins para los softwares de edición y diseño gráfico, por lo que el uso está asegurado.

Debemos intermediar porque puede ofrecer soluciones… y tomar decisiones con impacto.

Estamos describiendo una inteligencia artificial que ya desafía nuestro potencial más humano, el de crearaunque todavía no ha alcanzado el zenith humanista: ¡imaginar! O al menos parece que lo hace… desde luego puede ayudar a buscar el dato definitivo que abone una decisión de negocio. Potenciar el sesgo de confirmación es un riesgo enorme… y además habría que confirmar las respuestas porque últimamente falla como una escopeta de feria.

Es en este punto cuando nos planteamos la necesidad de intermediar ÉTICAMENTE. Que lo humano, y la necesidad de sobrevivir, estén protegidos en el desarrollo y uso de esta inteligencia artificial creativa (que no creadora). Para el negocio es entender que hay que cuidar su uso, que hay procesos delicados y sensibles, que hay decisiones importantes y trascendentes, que las soluciones artificiales pueden ser transformadoras o pueden convertir la empresa, no en una herramienta útil y responsable para todos, si no una máquina insaciable de rentabilidad a costa de lo que sea…

Intermediar al final puede ser sinónimo de regular… quizás no estaría mal generar un marco ético mínimo de uso y desarrollo en cada organización.

Una máquina inteligente que puede crear… ¿Nos va a sustituir?

La máquina generativa puede resolver problemas. Tal cual. Y tenerlo todo bien atado para que decidir no sea una pesadilla ante la incertidumbre actual. Esa es una buena manera de entender que hay muchos profesionales creativos (desde los agentes bursátiles a una ilustradora) que corren el riesgo de ser sustituidos porque los tiempos, niveles de optimización y su capacidad de aprendizaje de la IA creativa son insuperables. Le falta credibilidad… pero es cuestión de tiempo que profesionales piensen que es infalible… y curiosamente es posible que esos mismos profesionales dejen de ser “útiles”, no tendrán un “propósito laboral”. Y serán sustituidos.

No hay duda de que se perderán empleos, no hay duda tampoco que surgirán muchos nuevos. Sin embargo el pánico está asegurado a corto-plazo… Sólo hay que ver el caso del empresario hindú que ha despedido al 95% de su plantilla de la startup-call center que regenta y ha puesto modelos artificiales que dan el servicio y condicionan la experiencia de los usuarios del servicio.

También pronostico que en 5 años el dueño del Call Center cambiará de idea… y se dará cuenta el chaval de Bharat que tener al otro lado del teléfono una persona que tiene capacidad humana de conectar… es un regalo que se cobra más y mejor. Y ni que pensar en los datos que se recogería a todos sus niveles ya solo pensando en el proceso de identificar personalidades y culturas. Se hace la boca agua, de esa que necesitas para vivir.

Debemos estar preparados y entender el contexto para ayudar a que nuestras organizaciones asuman con naturalidad cambios que sin duda las posicionarán frente a la competencia, el mercado y el público.

No es tarea fácil pero ya hay intangibles que ayudarían a se inclusivos y no sustitutivos.

¿Y si es la oportunidad para aumentar nuestras capacidades frente al negocio?

Ahora Lola Flores te habla desde el más allá para venderte un producto…Y este es sólo un ejemplo de uso de la IA, por eso proponemos intermediar para que esta IA generativa (no sólo la creativa) no nos sustituya.

Al contrario. Que sea una solución para aumentar nuestra humanidad. Conseguir que la máquina nos haga más humanos. Y nos permita tomar mejores decisiones y resolver problemas con sensibilidad a escala y desde el impacto ambiental o la realidad de los consumidores y usuarios.

Una máquina que no nos sustituya… Si no que se sirva de nuestra humanidad para elevar propósitos y hacer del negocio una herramienta útil para cambiar el mundo que nos ha tocado vivir.

Hay que recuperar la humanidad, lo intangible que permite imaginar para diseñar, entretener o crear. Aquello que construye cultura.

La cultura como pegamento social que permite el progreso, el cambio o alcanzar grados de belleza, de colaboración, de transparencia… una cultura que de la máquina sólo necesita su operatividad y capacidad para que nos sintamos más y mejores seres humanos. Con lo que conlleva para la rentabilidad de nuestro negocio en un mundo exponencial que vive en el ahora.

Para que no nos sustituya y sí nos enriquezca esta IA generativa debemos intermediar como ya decíamos. Una intermediación que tendría como objetivo potenciar la colaboración humano y máquina. Intermediar para dotar de “propósito” a esta inteligencia creativa artificial atribuyéndole tareas y objetivos complementarios a los nuestros. Que ayuden a aumentar nuestro potencial creativo, no a perderlo.

La creatividad siempre ha sido exponencial, por eso es una gran oportunidad.

El ejercicio creativo de un trabajador frente a su labor, de un ciudadano frente a las noticias o de un espectador frente a un juego es sin duda un motor infalible para crear negocio. Las personas creamos, y cuanto más repetimos, afinamos, aprendemos y testamos, mejor será nuestra capacidad de crear y ser nosotros mismos.

Así funciona la IA Generativa creativa, así funcionan dentro de las empresas… como una oportunidad para crecer, pero también para ser más humanos. Aunque pueda parecer una contradicción en el mundo de los negocios.

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Pedro Enríquez

Estrategia e Innovación